Los otros cuatro propósitos de la oración intercesora

“… para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios […]” (v. 10)

Pablo sigue su oración intercesora añadiendo cuatro elementos más, todos ellos de vital importancia para una vida poderosa en el andar cristiano.

Los verbos de esa oración intercesora parecieran ir en secuencia: andar, agradar, llevar y crecer. Estos son el resultado de la primera petición: conocer la voluntad Dios en todo conocimiento sabiduría espiritual. 

Para que andéis como es digno del Señor. La vida cristiana se trata de un andar cotidiano. Desde el momento de nuestra entrega al Señor comenzamos a andar en él. Antes de conocer a Cristo andábamos en nuestros delitos y pecados; ahora nuestro andar se ha enderezado.

Los caminos donde el gozo de la carne han sido los preferidos, ahora están cambiados para andar “como es digno del Señor”. Sí, porque ahora tenemos un nuevo dueño y él es digno de mi entrega, de mi amor, de mi servicio y de mi consagración total.

Agradándole en todo”. Esto significa en TODO. Nuestra condición humana pareciera ser selectiva al momento de escoger aquello donde deseamos agradar a Dios. A veces pensamos que son en las cosas de la iglesia donde debemos agradar a Dios. Pero el texto nos dice “en todo”.

Cuánto desafío tiene este texto para nosotros. Hay áreas en nuestras vidas que son del agrado de la carne, pero no del agrado de Dios. Pecados ocultos no confesados que no agradan a Dios.

El llamado de este texto es a una total y completa consagración de nuestra vida al Señor.  Si agradamos al Señor “en todo” no importa a quien no agrademos. 

Llevando fruto en toda buena obra”. He aquí el otro gran propósito de la oración intercesora. La vida cristiana ha sido dada para llevar fruto.

La metáfora de Jesús como la “vid verdadera” de Juan 15 nos recuerda este mandato: “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” v. 8.

Los frutos del creyente deben ser hechos “en toda buena obra”, según la gracia recibida, al ser “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10)

“Y creciendo en el conocimiento de Dios”. El otro propósito de Pablo en esta oración intercesora por los hermanos de Colosas era este.

El resultado final de andar dignamente, agradar al Señor en todo y llevar fruto en toda buena obra, será el crecimiento en el conocimiento de Dios. Esto último es un crecimiento en la intimidad con Dios, lo más deseable en la vida cristiana. 

La oración intercesora con estos  propósitos nos ayudará a vivir dando siempre frutos. 

Desde lo más profundo del corazón del pastor