Devocionales del libro de Eclesiastés 11
Devocional # 11
En el capítulo tres de Eclesiastés Salomón cambia el enfoca de su propia vida, la que puso como testimonio de no hacer lo que él hizo, para luego mostrarnos que en esta vida “bajo del sol” todo tiene un origen y una terminación. De esta manera nos introduce en el gran tema del tiempo; aquello donde se mueve el ser humano sin que nada cambie. Así comienza todo este capítulo
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir…”.
Salomón enumera acá veintiocho actividades donde cada una tiene su tiempo. Esto significa que todas ellas suceden de la misma forma, y a cada una se le ha asignado su tiempo y su oportunidad. Lo que llama la atención es que todas estas actividades están agrupadas en catorce pares opuestos. La segunda actividad siempre será opuesta a la primera.
El filosofo William James, dijo una vez que: “El gran uso de la vida es gastarla en algo que durará más que ella”. Y es en este pensamiento donde encaja este tema de lo que hagamos con el tiempo. Salomón comienza con las dos declaraciones para las que Dios creo el tiempo. Una es que “todo tiempo su tiempo”. Eso significa que nada puede cambiar ese estado. Pero también que el tiempo ha sido dado para hacer lo queremos, sin que se nos reducen horas o días.
Con la descripción que hace Salomón concluimos que el tiempo es la joya más preciada de la vida, porque todo se va rápido. El bebé que vimos ayer nos sorprende porque ahora se hizo adulto. Los amigos de nuestra juventud se están muriendo y con ello pasa esta generación. Lo que fue esplendido y glorioso en algún momento, ahora lo vemos con el deterioro de los años. La declaración “todo tiene su tiempo…” pareciera que llevara consigo la marca de la caducidad.
“Todo tiene su tiempo…” es una manera de decirnos que, en la sabiduría divina, nada sucede de una manera extemporánea. Es por esto que en el orden que se nos da hay un “tiempo de nacer y tiempo de morir…”. Esto no cambia. Usted tiene un acta de nacimiento y alguien después le sacará un acta de defunción. Este ciclo sucede a diario. Los que hemos nacido tenemos una historia que culminará con la muerte. Esto sucede indefectiblemente.
Mi apreciado hermano, nunca digamos que no tenemos tiempo para nada. No es correcto, porque “todo lo que se quiere”, nada lo impide para no ser conquistado. Por lo tanto, la recomendación de la Biblia es que “aprovechemos bien el tiempo”; en eso está la sabiduría.
Desde lo más profundo del corazón del pastor