Devocionales del libro de Eclesiastés 17

Devocional # 17.

Salomón va concluyendo el capítulo que se lo dedicó al tiempo. De esta manera, el hombre no tiene excusas para cuestionarse a si mismo que no tiene tiempo para nada. Quienes así viven lo que muestran es una gran carencia de disciplina, de una planificación y de un calendario que le permita agendar y administrar mejor su vida. Veamos las razones que nos dice el Predicador para que nos conduzcamos sabiamente en lo que respecta al tiempo. 

“Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” 

 (Eclesiastés 3:10-11)

Si algo sabemos de Salomón es que fue un analista, investigador y conocedor de todos los pormenores y avatares de la vida. Nadie podía decirle cómo vivir, porque él lo había vivido todo. Así que si de algo se dio cuenta fue de la manera cómo su Dios había distribuido el trabajo entre los hombres con el propósito que “se ocupen en él”. Con esto recordamos que el trabajo no es un castigo, sino un don concedido de Dios para sus hijos, por lo tanto, no nos quejemos del trabajo. 

Todo lo hizo hermoso en su tiempo…”. Esta es la verdad más completa que se conozca. Es un testimonio de lo bueno de la creación. Con todo y lo que el pecado hizo en la creación, ella sigue teniendo la marca de su Hacedor. Cuando Dios hizo todo en el sexto día, incluyendo al hombre, esta fue su conclusión: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y era bueno en gran manera”. 

“También ha puesto eternidad”. A diferencia de los animales que cuando mueren acaba todo, Dios puso en el hombre el anhelo por aquello que permanece para siempre. Es algo que las experiencias fugaces de la vida son incapaces de satisfacer. El hombre nació para lo eterno, porque fue creado a imagen y semejanza de Dios.  Pero para que el hombre goce de eso, que es y será eterno, el hombre necesita del evangelio de Cristo que es la única manera saber cómo llegar a Dios y a la vida eterna. La palabra para eternidad significa “el tiempo escondido”. Y es por esto, por cuando desconocemos la eternidad, que hay que buscarla a través de Cristo. 

Esto debe ser así porque el hombre no puede entender “la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”. Que bueno es que tendremos una eternidad para entender esa obra. 

El tiempo nos permite movernos en lo creado, la eternidad esconde lo que será revelado.  

Desde lo más profundo del corazón del pastor