Devocionales del libro de Eclesiastés 21

 Devocional # 21

Salomón ha dedicado todo un capítulo para hablarnos del tiempo. No solo nos ha indicado que todo lo que deseamos “debajo del sol” tiene su tiempo, sino que nos ha mostrado que el tiempo que gastamos en los afanes diarios debiera tener un legítimo provecho. Y en la medida que se va acercando al final, nos muestra lo que Dios hizo también en el tiempo humano, porque  Su tiempo no se contabiliza en días u horas. Y qué dice Salomón del tiempo de Dios

Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin (Eclesiastés 3:11)

Si bien es cierto que el sabio ha hecho toda una descripción de lo bueno y lo malo que ocurre en el tiempo, del comienzo y el fin de las cosas, y del aprovechamiento o no que hagamos con el tiempo, ahora nos dice una de manera poética, como imitando a su padre David, que Dios “todo lo hizo hermoso en tu tiempo”. Con un solo plumazo nos dice que lo malo que ahora vemos en este mundo no viene de Dios, sino del mismo hombre con su desobediencia. 

Si alguien sabe de los tiempos correctos es Dios, porque en su sabiduría hizo todas las cosas perfectamente sin que faltare cosa alguna. Y para que el hombre entendiera más allá del tiempo de veinticuatro horas, el Creador “ha puesto eternidad en el corazón” de los seres humanos. Con esto nos hace entender que los “tiempos” que vivimos son parte de un plan que el Soberano Dios está llevando a cabo desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, para entenderlo en términos humanos, porque en verdad en la eternidad ya no existirá más el tiempo.

Y aunque el hombre tenga una conciencia de lo eterno, al final no podrá entender “la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”. Esto significa que Dios no ha revelado mucho acerca de Su obra eterna. Por lo tanto, el hombre mantiene un deseo de una eternidad en su corazón, como un deseo que todavía no se ha cumplido. Cuando Salomón escribió este texto la revelación progresiva no se había completado, porque ahora tenemos una conciencia más viva de esa eternidad al saber que Cristo vino para darnos “vida eterna” y nos estamos preparamos para ella. 

La máxima de Agustín resume ese concepto de lo eterno y divino que Dios puso en nuestros corazones, al decirnos: “Tú nos has hecho para ti mismo, y nuestros corazones no tienen paz sino hasta que pueden encontrar paz en ti”. 

La única manera como el hombre comenzará a entender todo lo que Dios ha hecho es invitar a su corazón a Jesucristo, quien vino del cielo para revelarnos la eternidad de Dios.

Desde lo más profundo del corazón del pastor