Este mundo sera olvidado pero el siguiente es eterno

El predicador prosigue con su mensaje. Todavía no ha cambiado a otro punto, pues todo su discurso se ha centrado en la vanidad de esta vida, sabiendo que, aunque el hombre se esfuerce en hacer o vivir de otra manera, todo sigue igual; lo que él haga no hará que cambie nada, por lo tanto, el consejo es para que él viva su día a día, aprovechando lo que ahora tiene. 

“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después” (Eclesiastés 1:9-11)

En esta parte del discurso, Salomón pareciera dibujar toda la escena de la creación desde el mismo principio. Él se dio cuenta que, con toda su riqueza, su fama y su sabiduría, de la que tuvo en abundancia y sin limitación alguna, no pudo hacer que nada cambiara. A la conclusión que llega es que si bien el hombre ha progresado, considérese el progreso moderno, la vida pareciera seguir la misma monotonía. Aquello que nos parece nuevo ahora, muy pronto se hace viejo para llegar entonces a la conclusión que “nada hay nuevo debajo del sol.”

¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo?”. La respuesta a esta pregunta es ¡no! La intranscendencia de la vida parece extenderse en ambas direcciones, tanto en el pasado como en el futuro. ¿Cuál es la realidad del hombre? Pues que trabaja duro, pero al parecer nunca hace una diferencia perdurable y al final todo se olvida. Aún en aquellos que han hecho grandes portentos en la historia, al final sus vidas y sus obras son puestas en el olvido. 

La conclusión a la que llega Salomón es que todo lo que hay en este mundo perecerá. Lo que fue hecho, un día no existirá más. El asunto de todo esto es que la vida sin Dios carece de significado y propósito; al final, todo lo que se haga fuera de su voluntad no traerá ningún provecho. Mis amados, todos nuestros éxitos quedarán olvidados, todas las riquezas y propiedades que hagamos serán de otros, porque este mundo esta destinado a desaparecer.

Pero Salomón desconocía lo  nuevo que tendríamos. Sí, porque ahora tenemos  una nueva ayuda por parte de los ángeles (Salmos 91:11). Un nuevo mandamiento (Juan 13:34). Un nuevo pacto (Jeremías 31:33). Una nueva manera de ver el cielo (Hebreos 10:20). Una nueva pureza (1 Corintios 5:7). Una nueva naturaleza (Efesios 4:24). Una nueva creación en Cristo Jesús (2 Corintios 5:17)  Todo lo que vemos será hecho totalmente nuevo (Apocalipsis 21:5).

Este mundo quedará en el olvido y se acabará, pero el venidero será eterno y con memoria plena.  

 Desde lo más profundo del corazón del pastor