Devocionales del libro de Eclesiastés 37

Devocional # 37

Salomón retoma su tema acerca de la visión que tuvo de su mundo, sobre todo en lo que respecta a las injusticias que ocurren en la vida “bajo el sol”. Y lo que él vio ayer, lo seguimos viviendo hoy, pues el hombre sigue teniendo la misma naturaleza. Lo que fue injusto en el pasado, ahora lo tenemos en una “modernidad” de las injusticias. Esto es lo que el sabio nos dice.

“Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos”. (Eclesiastés 5:8, 9). 

La opresión de los pobres por parte de los ricos, o de los que están sobre ellos en autoridad, es una de las maneras cómo se da la “perversión de derecho y de justicia”. Salomón nos dice que si esto lo viéramos (y lo vemos siempre) no debiera sorprendernos. La perversión del derecho es lo que ha creado la gran brecha entre los hombres. Lo que vemos siempre es un mundo donde pareciera que reinara más las injusticias que la probidad. No existe una justicia justa. 

Frente a esto Salomón nos dice que no nos “maravillemos”. Por ahora, esto no va a cambia a menos que sea la justicia divina la que se sobre ponga. La desesperanza de algunos se ve reflejada en ese diario andar y contemplar de las cosas. Y esa injusticia e mayor en aquellos lugares donde los jueces se corrompen y se venden. La perversidad del derecho pareciera ser lo que gobierna y el desamparado de los pobres y más humildes se acentúa con mayor fuerza. 

En la vida política Salomón vio opresión y perversidad, sin embargo, esto no escapa a la vigilancia de Dios, que el alto está mirando sobre alto: Dios mira las opresiones de los gobernadores y nobles. Todos ellos serán pesados en la balanza de su justicia. Ningún sufrimiento de los pobres y desamparados quedará impune. 

 El principio por el cual Dios juzgará al mundo es porque la tierra y sus frutos son para todos, y aun el rey mismo está hecho para la tierra; es decir, para el servicio del pueblo, porque el rey “mismo está sujeto a los campos”. Los reyes acá representan al “alto vigila otro más alto”. Sin embargo, “uno más alto está sobre ellos”, y ese que está más alto que los reyes, se llama Dios, y su justicia es la que finalmente prevalecerá contra toda “perversión de derecho y de justicia”. 

 Mattew Henry dijo: “Pon a Dios delante de ti; entonces, si ves la opresión del pobre, no hallarás falta en la providencia divina ni pensarás lo peor de la institución del magistrado, cuando veas el final de lo que así fue pervertido; ni de la religión cuando veas que no resguarda a los hombres de sufrir el mal; pero, aunque los opresores pudieran estar seguros, Dios reconocerá todo”.

Hay alguien más alto que el gobierno que vigilia lo que ellos hacen, y pronto serán llevados a la balanza de la justicia divina para dar cuenta si hicieron bien o mal en la aplicación de la justicia. 

Desde lo más profundo del corazón del pastor