Devocionales del libro de Eclesiastés 52

Devocional # 52

Salomón avanza a través del capítulo siete por los senderos de las cosas que son mejores. Atrás ha dejado los temas que eran como una larga letanía y que al lector le producía desánimo por ser  pesados en su contenido. Ahora nos introduce en temas donde nos hace ver cómo la vida llevada con ciencia y con el buen uso del dinero puede ser mejor. Que el dinero no siempre es malo. 

“Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol. Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores” (Eclesiastés 7:11-12).

 Cuando alguien pregunta, ¿de qué sirve la sabiduría sin dinero?  la respuesta de los sabios sería que la sabiduría era mejor que la riqueza, de acuerdo con lo que el mismo sabio nos dice en Proverbios 16:16. Sin embargo, el Predicador nos da una respuesta distinta al decirnos que “la sabiduría es tan buena como una herencia, una verdadera ganancia para la humanidad”. Que el hombre podrá disfrutar de ambas siendo esto su gozo “debajo del sol”.  

“Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol”. La prosperidad con sabiduría parece que pueden trabajar juntas. De esta manera, Salomón establece que la sabiduría es una agradable compañera de la prosperidad, porque esta última seguramente fue el resultado del trabajo industrioso, donde estuvo presente la disciplina, el buen orden y la transparencia dando como resultado la prosperidad personal. 

“Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero”. El escudo fue diseñado para proteger y de esto se trata esta oración. La ciencia tiene que ver con el conocimiento que se adquiere. Y si es para bien, el conocimiento te protege de la ignorancia, porque la ignorancia es enemiga el éxito. No es lo mismo un hombre culto que uno ignorante. Pero también el dinero, bien habido, es un escudo que te protege para los tiempos de adversidad. Aquel que ahorra con diligencia se protege para los días cuando no hay contentamiento y protege a la familia para que no pasen necesidad. 

Y si a la ciencia y al dinero se le agrega el “escudo” de la sabiduría, no habrá nada que detenga a esa vida para que sea próspera, porque  la sabiduría “da vida a sus poseedores”.

La ciencia, el dinero y la sabiduría son escudos que protegen para una vida de bienestar material, sin embargo, el escudo de la fe nos protege de los dardos enemigos para nuestra prosperidad espiritual. Si nos faltan los primeros escudos, que no falte este último que nos protege del enemigo. Trabajamos para que nuestra vida esté rodeada de estos escudos protectores.   

 Desde lo más profundo del corazón del pastor