La Presencia de Zorobabel en la Restauración

“… los cuales vinieron con Zorobabel…” (Esdras 2:2).

La presencia de Zorobabel en el libro de Esdras es fundamental, porque dentro de todos los llamados del cautiverio, para la reconstrucción de Jerusalén, su templo y la ciudad, él será el agente usado por Dios para realizar una obra de esta envergadura.

Su liderazgo en esa época fue determinante, tanto que dos profetas se ocuparon de mencionarlo como un varón, a quien Dios usó poderosamente en el tiempo de más necesidad para Judá.

Un resumen de su vida lo sitúa como descendiente de Jeconías, rey que fue llevado cautivo a Babilonia. Y por esa descendencia, Zorobabel perteneció al linaje real de David.

Pero aun más, Zorobabel también fue antepasado de Jesucristo, de acuerdo con la cronología bíblica de Mateo 1:12. Su figura más resaltante, es vista como gobernador de Judá en la época después del exilio. Dios despertó su espíritu con el llamado hecho por Ciro.  

Dios llama, pero a su vez fortalece a los llamados.

Dos profetas, Hageo y Zacarias, resaltan de él su oficio como líder, así como su actitud, ante la ruina del templo, de cuya gloria pasada solo había escombros. Con una pregunta desafiante, ponen en los hombros de Zorobabel esta tarea: “¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora?” (Hageo 2:3).

Y este fue el llamado hecho: “Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová…” v. 4. La urgencia de esta obra demandaba de él actuar con diligencia, contando con la promesa de la presencia de Dios.

El profeta Zacarías hace una mención de Zorobabel, en el contexto de una conversación con un ángel del Señor, quien le revela el ministerio de la reconstrucción del templo, con estas palabras: “Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).

Si bien, la hostilidad estaría presente en toda esta obra, esta promesa fortalecería a Zorobabel, para no desmayar en la tarea encomendada. Dios llama, pero a su vez fortalece a los llamados. 

Fue tal el respaldo de esta palabra profética que a Zacarías se le reveló el trabajo final de Zorobabel, en medio de su pueblo con estas palabras: “Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.

Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel” v. 8-10. Y esa obra profetizada, fue llevada a cabo por este hombre de Dios.

Mis amados en la vida cristiana hay ocasiones donde nos encontramos con grandes dificultades que debemos afrontar con fe y perseverancia, creyendo que Dios nos dará la victoria.

Zorobabel tuvo el llamado, pero también el coraje de luchar por establecer nuevamente al pueblo del Señor en Jerusalén. 

Zorobabel es un tipo de Cristo, según Hageo 2:23, el más grande reconstructor del templo. 

Desde lo más profundo del corazón de su pastor