Todo lo porvenir será una bendición
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Enero 4 de 2022
Muy buenos días mi bella gente, hermoso pueblo de Dios, la Novia y pronto Esposa del Cordero.
La premisa de Salomón acerca de la vida “debajo del sol” la va culminando como si estuviera llegando al ocaso de su vida. Los versículos con los que concluirá este capítulo y su introducción al final de su libro es un claro reflejo de alguien para quien la vida ha llegado a su final.
Su pesimismo en este sentido no cambia, aunque deja algunos destellos de esperanza.
“Suave ciertamente es la luz, y agradable a los ojos ver el sol; pero aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad” (Eclesiastés 11:7, 8).
Salomón antes de hablarnos de las tinieblas de la vida, nos deja una ilustración hermosísima acerca de luz, porque si bien es cierto que ellas parecieran prevalecer, la verdad final será que la luz se impondrá sobre las tinieblas.
Por eso nos habla de lo suave y agradable de la luz, especialmente la del sol, para regocijarnos en la aurora de su amanecer o en la puesta de un hermoso crepuscular. La luz siempre será mejor al ser comparadas con las tinieblas.
El Predicador comienza este texto hablando de una manera metafórica acerca de la luz y la oscuridad, usando dos figuras que representan la vida (Job 3:20; 33:30) y la muerte (Job 10:20–22; 18:18).
Con esto nos ilustra el futuro después de la muerte, como una oscuridad, de modo que aun cuando el hombre viva muchos años, y en ellos tenga gozo, debe recordar el ocaso de su vida donde ya no habrá el contentamiento de la juventud.
De esta manera, Salomón después que nos llevó por varios proverbios filosóficos, vuelve a sus quejas melancólicas de la vida como “’vanidad”.
Si bien nos habla de la luz, siendo suave a la agradable a los ojos, el resto de sus pensamientos siguen a un hombre cuya visión es absolutamente terrenal. Así, los días agradables son opacados por los días de las tinieblas.
“Todo lo porvenir será una bendición”, no necesariamente será vanidad.
“Todo cuanto viene es vanidad”. Esto era lo que Salomón finalmente pensaba. Sin embargo, la revelación progresiva nos ayudará a ver más allá del pesimismo del Predicador, pues Dios nos mostrará la llegada de una vida distinta, aquella hecha por el sacrificio de su amado Hijo, cuando hizo la propiciación por nuestros pecados, con lo que se cambia esta frase pesimista, para decir: “Todo lo porvenir será una bendición”, no necesariamente será vanidad.
De esta manera, para los hombres sin la esperanza eterna, la vida será un ocaso triste, pero para los que hemos creído en Cristo, él será nuestro “Sol de justicia” y con ello una vida llena de luz hasta el final de nuestros días. No habrá oscuridad para los que andan en la luz.
Aunque las tinieblas sean muchas, la luz de la vida acompañará a todos los hijos de Dios.
Desde lo más profundo del corazón del pastor
Pastor Julio Ruiz