Algunas cosas que la Biblia no enseña sobre los ángeles

(Tomado de Biblioteca Cristianismo Primitivo)
Algunas personas dejan que sus imaginaciones tomen el lugar de la enseñanza bíblica y afirman con seguridad algunas cosas sobre las cuales la Biblia guarda silencio o testifica lo contrario.
1. Que los ángeles son espíritus de personas que vivieron en mundos anteriores.
La Biblia guarda un silencio absoluto acerca de este tema. Esta teoría se basa en pura especulación humana. No sigamos los pensamientos humanos cuando los mismos no están en armonía con la palabra de Dios.
2. Que los ángeles son hembras
Cuando algunas personas pintan a un ángel lo hacen de manera que el mismo se vea como que es hembra. Todos los nombres de los ángeles hallados en la Biblia son nombres masculinos. Además, versículos como Marcos 12.25 y Lucas 20.35 nos demuestran que los ángeles no son seres sexuales.
3. Que los ángeles habitan los planetas.
Esto puede ser o no cierto. Si Dios les necesita en esos lugares de cierto que ellos irán y harán la voluntad de Dios tal y como la hacen en el cielo y en la tierra.
Pero debemos recordar que los ángeles son espíritus que no necesitan ningún planeta para vivir ni aun un hogar para descansar sus pies.
4. Que los justos llegarán a ser ángeles en el cielo.
Cristo dijo una vez que los justos serán “iguales a los ángeles” (Lucas 20.36) o “como los ángeles que están en los cielos” (Marcos 12.25). Aquí notamos que Jesús se estaba refiriendo a dos clases de seres muy semejantes.
De lo contrario él hubiera dicho que los justos del pueblo de Dios llegarían a ser ángeles después de la resurrección.
Mientras que los santos son como los ángeles en varias maneras, queda muy claro que ahora no son ángeles ni que jamás llegarán a serlo. La Biblia habla de los santos y de los ángeles en los cielos y en la tierra (Apocalipsis 7.9–12).
Algunos dicen que Apocalipsis 22.8–9 prueba que seremos ángeles cuando lleguemos al cielo. En estos versículos un ángel se refirió a sí mismo como “consiervo” de Juan y de los profetas.
Un estudio cuidadoso de esta porción bíblica nos enseña que el ángel no decía que él era lo que Juan llegaría a ser.
Los hombres y los ángeles sirven como ministros y mensajeros de Dios, cada uno en su respectivo lugar. Por tanto, son consiervos, ambos sirviendo a Dios.
El ángel se refirió a los demás creyentes, los compañeros de Juan, como “tus hermanos”. No dijo“mis hermanos” ni “nuestros hermanos” mostrando así que aunque se consideró a sí mismo un consiervo de Juan y de sus hermanos reconoció una distinción entre sí y ellos.
Este pasaje bíblico está en armonía con todas las otras escrituras que tienen que ver con este asunto.
En conclusión, aunque el servicio de estos mensajeros divinos tiene mucho que ver con el servicio de los que son parte del pueblo de Dios en la tierra, los santos y los ángeles son seres completamente distintos, los dos están sujetos a Dios en su servicio.
Tal parece que la relación estrecha entre los ángeles y los hombres continuará en los cielos.
¿CUÁL ES EL OFICIO DE LOS ÁNGELES?
- Adorar y Alabar. Esta es la principal actividad que se lleva a cabo en los cielos (Isaías 6:1-3; Apocalipsis 4:8; 5:11, 12)
- Revelar. Sirven como mensajeros para comunicar la voluntad de Dios a los hombres. Asisten en la revelación de la ley de Moisés (Hechos 7:52-53), y sirven como transmisores de mucho del material que es revelado en Daniel y Apocalipsis.
- Guiar. Los ángeles le dieron instrucciones a José acerca del nacimiento de Jesús (Mt. 1:20), a las mujeres que llegaron a Su tumba (Mr. 16:1-8), a Felipe (Hechos 8:26), y a Cornelio (Hechos 10:1-8).
- Proveer. Dios ha usado a ángeles para proveer en las necesidades físicas, tales como comida para Agar (Gé. 21:17-20), Elías (1 Re. 19:5-7), y Al Señor Jesucristo después de la tentación (Mt. 4:11). ¿De qué manera piensa usted que sirvieron esos ángeles al Señor?
- Proteger. Protegen al pueblo de Dios de peligros físicos, como en el caso de Daniel y los leones, y a sus tres amigos en el horno (Daniel 3:28; 6:22)
- Liberar. Ayudar al pueblo de Dios a salir del peligro cuando se encuentra en situaciones difíciles. Los ángeles liberaron a los apóstoles de la cárcel y volvieron a hacer lo mismo durante el proceso de Pedro en Hechos 12:7-11.
- Dan Fuerza y Ánimo. Los ángeles le dieron fuerzas al Señor Jesús en el desierto durante la tentación (Mt. 4:11); animaron a los apóstoles a seguir predicando después de librarlos de la prisión (Hch. 5:19-20); y le dijeron a Pablo que todos los que estaban en su barco sobrevirían el inminente naufragio (Hch. 27:23-25).
- Interceden por los santos. Frecuentemente Dios usa ángeles como Su medio para contestar las oraciones de Su Pueblo (Dan. 9:20-24; 10:10-12; Hch. 12:8-11).
- Asisten a los creyentes en el momento de la muerte. En la historia de Lázaro y el hombre rico nos podemos dar cuenta que los ángeles se llevaron el espíritu de Lázaro hasta el “seno de Abraham” cuando murió (Lc. 16:22).
EL ÁNGEL DE JEHOVÁ
De las 213 referencias sobre los ángeles que aparecen en el Antiguo Testamento, unas 58 se refieren al “Ángel de Jehová”, mientras que unas 11, mencionan el nombre “Ángel de Dios”. Lo primero que tenemos que decir es que no está clara la identificación de este ángel en la Biblia.
En varias ocasiones se ve su actuación como el de un mensajero o representante del Señor, con tiene una relación especial, muy distinta a la que los demás ángeles tienen con Dios.
En algunos casos se ve una relación como la que existe entre un soberano y un embajador; tal es el caso de Génesis 24:7 y Zacarías 1:12, 13.
Pero hay casos donde este Ángel de Jehová se identifica de una manera clara como Dios mismo (Gn. 16:7-13; 22:11-18; Jue. 13:2ss), esto se conoce como “teofanía”, o una especie de manifestación de Dios en forma visible y corpórea. Veamos algunos casos.
El caso de Éxodo 3:2-4
En el v. 2 aparece el Ángel de Jehová hablando, pero luego en el v. 4 es Dios quien habla. Por lo tanto, allí se infiere que este ser no era un ángel como cualquier otro.
El caso de Jueces 2:1-4
En los versículos 1 y 4, es Jehová el que está hablando. Vea lo que dice: “Yo os saqué’ “No invalidaré más mi pacto”. Si este ángel fuera otro, pudiera haber dicho: “Jehová dice”, o algo parecido. Y, ¿quién fue el que sacó a Israel de Egipto y el único que hizo pacto con Abraham? Sólo Dios ha hecho esto.
El caso de Génesis 22:11, 12
Este es el gran pasaje donde Abraham está ofreciendo a su hijo Isaac en sacrificio. En los vv. 1, 2 aparece la exigencia. Pero en el v. 12, el Ángel de Jehová elogia a Abraham por no haber “rehusado” darle a su hijo. Este notorio que el Ángel de Jehová declara que tal sacrificio era para él.
El caso de Génesis 32:24-32
En este pasaje Jacob lucha con un varón. Más adelante, el profeta Oseas va a decir que ese varón era un ángel (Os. 12:2-4). En la lucha Jacob le pregunta al varón por el nombre, y la respuesta que le dio fue: “¿Por qué me preguntas por mi nombre?”.
En no pocos casos los ángeles se identifican con sus nombres. La no declaración de su nombre evidenciaba la presencia de la divinidad. Pero el mismo Jacob declara que ha visto a Dios cara a cara v. 30.
El caso de Número 22:31
En esta historia podemos observar que este ángel acepta la reverencia. Le declara a Balaam su mala conducta hacia él v. 32. Le ordena al profeta que vaya hacia esos hombres, pero solo diga las palabras que él les ha dicho.
El caso de Josué 5:13-15
Note el nombre con el se llama al varón: “Príncipe del Ejército de Jehová”. Un príncipe no es un siervo ni tampoco es un ángel.
Un príncipe es un hijo de un Rey. De igual manera, este personaje acepta la adoración de parte de Josué, y esto solo Dios lo permite.
El caso de Jueces 13:17-22
En este pasaje, cuando se pregunta por el nombre del ángel, su respuesta fue que era “admirable”, y el único que lleva ese nombre, de acuerdo con Isaías 9:6, es Jesucristo. Por lo tanto, nuestra conclusión sobre el “Ángel de Jehová” es que tiene que ver con Cristo.
ESTUDIO # 31
LA REBELIÓN ANGELICAL
¿Por qué se rebelaron los ángeles?, es la pregunta que se hace tanta gente en nuestros tiempos. Si ellos estuvieron tan cerca a la gloria de Dios, y con poderes tan extraordinarios, ¿por qué formaron parte de la gran revuelta celestial? ¿Por qué se dio esa rebelión justamente en el cielo? ¿Porque Lucifer llegó a comandar la más imponderable rebelión de la que se tenga conocimiento? ¿Por qué fueron condenados y llevados a prisiones eternas sin posibilidad de restauración? ¿Por qué el hombre si fue redimido y aquellos ángeles fueron condenados? ¿Por qué nuestra lucha no es contra carne ni sangre sino contra potestades, contra principados, contra huéspedes en las regiones celestes? Estas, junto con otras preguntas, surgen a la hora de considerar este importantísimo tema que ha llegado a ser el punto de origen del mal.
Los ángeles cayeron porque pecaron contra Dios (2 Pe. 2:4; Judas 6)
Los ángeles, aunque fueron creados al igual que el hombre sin pecado, tenían la capacidad de la elección, conocida mayormente como el libre albedrío. Pero ¿quién tentó a los ángeles para que pecaran? La caída de Adán y Eva fue propiciada por la tentación. Pero, ¿qué propició la caída de esos extraordinarios seres? Los dos textos que usamos acá nos hablan de un pecado cometido por parte de los ángeles. Aunque eran santos e inocentes, fueron impulsados a rebelarse contra su Creador.
¿Cómo es que surge el pecado en el cielo? Esta es la gran pregunta. Para encontrar una posible respuesta tenemos que ir estudiar la vida de Lucifer, el ángel líder. Por la información bíblica, este ángel era el más bello y brillante de todos los demás creados. Hemos dicho que él era un querubín, pero no cualquiera. Se dice que era “querubín protector”, conocido como “Lucero, hijo de la mañana”. Todo eso para describirnos sus cualidades. Algunos sostienen que ese ángel fue una especie de príncipe a quien Dios le asignó la tarea de ser regente del universo. Pero su misma belleza y a lo mejor la acumulación de poder comenzó a despertar en él la posibilidad de llegar a ser como Dios.
Los caprichos de Lucifer (Is. 14:12-14)
Observe cómo describe Ezequiel a este ángel (Ez. 28:12-17). No hay en toda la Biblia algo parecido para referirse a alguna criatura como esta. Entonces, ¿cómo es que Lucifer se rebela si era el “sello de la perfección?”. Al leer Isaías 14 pronto nos damos cuenta cuáles fueron los cinco caprichos de este querubín. Lea detenidamente este texto en frases separadas: “Subiré al cielo”. “Junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono”. “En el monte del testimonio me sentaré”. “Sobre las alturas de las nubes subiré”. “Seré semejante al altísimo”. ¿Notó las veces que aparece el pronombre “yo”? El problema de este querubín fue que no quiso ser un subalterno de Dios. No se conformó con todo lo que tenía y a todos los que comandaba. ¿Cuál fue la maldad que se descubrió en él al momento de desear más de lo que ya tenía? Lo primero que vemos es el pecado de la codicia. Luego vemos el pecado del orgullo. Posterior vemos el pecado de la vana gloria. Pero, sobre todo, en estos deseos podemos ver el feo pecado del egoísmo. De esta manera podemos ver que, de un solo viaje, Lucifer dio a conocer los más feos pecados que luego el hombre comenzaría a practicar después de su propia caída.
¿Cuándo se da la rebelión angelical? Se sabe que nadie peca solo. Siempre habrá otros actores al momento de pecar. Ese fue el caso de aquella primera rebelión ocurrida en el cielo. Si Lucifer era el comandante de millares de ángeles, es de suponerse que él ya venía trabajando con el resto de sus subalternos sobre un plan conspirador en marcha. Deducimos, de acuerdo los deseos de este ángel, que él ya estaba organizando a sus seguidores para el “golpe de estado” y la repartición de los cargos una vez se diera el “derrocamiento”. Pero ¿qué sucedió?
Cuando Dios vio la conspiración en su contra, arrojó a Lucifer con sus seguidores, llegando a convertirse en Satanás y sus acompañantes, en demonios. Se estima que una tercera parte de los ángeles participaron en aquella rebelión y fueron arrojados del cielo. ¿Puede imaginarse semejante escena? Desde entonces Satanás se ha convertido en el “príncipe de la potestad del aire”. Jesucristo dijo a sus discípulos que ya no iba a hablar mucho porque venía “el príncipe del mundo” y él nada tenía que ver con Cristo (Jn. 14:30). Desde la caída de Satanás hasta la fecha, hay una continua batalla que se va a arreciar más mientras se acerca la venida de Cristo, quien finalmente le destruirá y le enviará a su morada eterna.
El gran estrago del Edén. Satanás, una vez destruido, no se quedó sin acción. Como ya conocía el pecado y el secreto de la seducción, se hizo presente en el huerto donde estaba el hombre. Y allí, tomando la forma de la atractiva serpiente, se le presentó a Eva a quien cautivó con sus encantos, tanto así que podía hablar con ella. Una vez que capturó su atención, procedió a presentar la tentación a través de una fruta que era “agradable a los ojos” y “árbol bueno para conocer el bien y el mal”. Y así, después que había hecho un gran estrago en el cielo, ahora lo hace en el otro paraíso (Gn 3).
Ahora Satanás es el acusador de los hermanos. Debemos saber que aun cuando Satanás no es omnisciente como lo es Dios, si sabe muchas cosas de nosotros y su interés principal será el de acusarnos. Pero el día llegará cuando este acusador será arrojado para siempre en el lago de fuero y azufre donde vivirá con todos sus demonios, y tristemente con los siguen su propia morada (Apc. 12:10). Tenemos que reconocer que el principal empeño de Satanás será el de confundir la fe de los hermanos y con ello neutralizarlos para evitar su avance. No ignoremos que Satanás es real y sus demonios trabajan de una manera activa en todo el imperio del mal que azota nuestro mundo. El más bello de los ángeles ahora es el más feo de todas las criaturas. La rebelión tiene ese precio.