¿Fue Jesús al infierno entre su muerte y la resurrección?
¿Fue el alma de Jesús al Infierno durante el tiempo intermedio entre Su muerte y resurrección?
Esta pregunta se ha prestado para mucha confusión. Esto viene por el concepto que la iglesia católica ha sostenido como parte de su Credo de los Apóstoles. Esto es lo que dice el credo: “Cristo descendió a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos…” No se refiere al infierno sino al limbo de los justos, este era el lugar a donde, hasta nuestra redención, iban las almas de los que morían en gracia de Dios.
Las puertas del cielo estaban cerradas por el pecado original y Cristo las abrió llevando a las almas justas. Así se cumple la profecía que dice que “hasta los muertos les llegará la buena noticia “Hay también algunas Escrituras en las que, dependiendo cómo estén traducidas, describen a Jesús yendo al “Infierno”.
Al estudiar este punto, es importante comprender primeramente lo que la Biblia enseña acerca del “lugar” de la muerte.
¿Cómo entender esto?
La palabra hebrea para describir el lugar de la muerte es “Sheol” significa “lugar de los muertos” o el “lugar de partida de las almas / espíritus”. Por otro lado, la palabra griega utilizada en el Nuevo Testamento para Infierno es “Hades”, que de igual manera es la palabra para referirse al “lugar de los muertos” conocida como “Gehema”. Como hemos dicho esta es la palabra del NT, pero no encontramos mucha información del significado de esa palabra en su uso en el griego del NT.
Lo que se nos dice es que el Hades es un lugar de tormento (Lc 16:19-31).
En el tema que nos asiste, decimos que el Señor se levantó de entre los muertos y no quedó en el Hades (Sal 16:8-11); (Hch 2:25-31). Interesante que, en el Apocalipsis, la muerte y el Hades son asociados cuatro veces (Apc. 1:18); ( Apc. 6:8),(Apc. 20:13-14), bajo el equivalente a la palabra GEHEMA.
Gehema, su trasfondo:
“Antecedentes históricos: El valle de Hinón (Gehena) estaba fuera de los muros de Jerusalén. Por un tiempo fue un lugar de adoración idolátrica, incluso de sacrificio de niños. En el primer siglo el Gehena se utilizaba como el incinerador para la basura y la inmundicia de Jerusalén. Al valle se arrojaban cadáveres de animales para que los consumieran las llamas, a las cuales se añadía azufre para ayudar la combustión. También se echaban al Gehena cuerpos de criminales ejecutados, a quienes se consideraba indignos de ser enterrados en una tumba conmemorativa.
Por eso, en Mateo 5:29, 30, Jesús habló de que ‘todo el cuerpo’ de uno fuera arrojado al Gehena. Si el cuerpo caía en el fuego que ardía constantemente, era consumido, pero si caía en un rellano del profundo barranco, su carne putrescente era infestada de los gusanos o las cresas siempre presentes (Mar. 9:47, 48). No se lanzaba a humanos vivos en el Gehena; así que no era un lugar de tormento consciente”. Jesús no fue al “Infierno” porque “Infierno” es un lugar futuro que entrará en funciones después del juicio del Gran Trono Blanco. (Apocalipsis 20:11-15)
Seol / Hades es un lugar con dos divisiones (Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23; Hechos 2:27-31), la morada de los salvos y los perdidos. La morada de los salvos era llamada “Paraíso” y “El seno de Abraham”. Las moradas de los salvos y los perdidos estaban separadas por “una gran sima” (Lucas 16:26).
¿Qué pasó cuando Cristo ascendió a los cielos?
Cuando Jesús ascendió al Cielo, Él se llevó a los ocupantes (creyentes) del Paraíso con Él (Efesios 4:8-10).
¿Y qué pasó con los no salvos?
Todos los muertos no creyentes, van ahí para aguardar el futuro juicio final.
¿Fue Jesús al Seol / Hades? Sí, de acuerdo con Efesios 4:8-10 y 1 Pedro 3:18-20.
Parte de la confusión proviene de pasajes tales como el Salmo 16:10-11, “Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida…”. La traducción correcta en este verso no es “Infierno” como está en algunas traducciones. Lo correcto es traducir “Seol” o “la tumba”.
¿Qué pasó con Jesús al momento de la muerte?
Vea lo que le dijo al ladrón que estaba junto a Él en la cruz, “Hoy mismo estarás Conmigo en el Paraíso.” Su cuerpo fue a la tumba; Su alma / espíritu fue al “Paraíso”, lugar del Seol / Hades.Entonces Él sacó del Paraíso a todos los muertos justos, y se los llevó con Él al Cielo. En conclusión, Jesús no fue al “Infierno”, o sea, el lugar de sufrimiento del Seol/ Hades para ser castigado como opinan algunos. Eso es antibiblico.
La muerte en la cruz fue suficiente para obrar a favor de nuestros pecados. Fue su sangre, no los sufrientos del infierno lo que hizo posible nuestra salvacion.
¿En dónde estaba Jesús los tres días entre Su muerte y resurrección?
Primera de Pedro 3:18-22 describe un vínculo necesario entre el sufrimiento de Cristo (versículo 18) y Su glorificación (versículo 22). Solamente Pedro da información específica acerca de lo que sucedió entre estos dos eventos.
¿Qué significa que predicó?
La palabra “predicó” en el versículo 19 no es la palabra usual para describir la predicación del evangelio en el Nuevo Testamento. Ésta literalmente significa anunciar un mensaje.
De acuerdo con Pedro, en algún momento entre Su muerte y Su resurrección, Jesús hizo una proclamación especial a “los espíritus encarcelados”.
Para comenzar, Pedro se refería a la gente como “personas” y no “espíritus” (3:20). En el Nuevo Testamento, la palabra “espíritus” es utilizada para describir ángeles o demonios, no seres humanos; y el versículo 22 parece corroborar este significado.
Nuestro Señor rindió Su espíritu al Padre, murió, y en algún momento entre la muerte y la resurrección, visitó la esfera de la muerte en donde pronunció un mensaje a los seres espirituales (probablemente ángeles caídos; vea Judas 6) quienes fueron de alguna manera relacionados al período anterior al diluvio en el tiempo de Noé.
El versículo 20 pone esto en claro. Pedro no nos dijo lo que proclamó a estos espíritus encarcelados, pero este no podía ser un mensaje de redención, debido a que los ángeles no pueden ser salvos (He. 2:16).
Fue probablemente una declaración de victoria sobre Satanás y sus huestes (1ª Pe. 3:22; Col. 2:15). Efesios 4:8-10 también parece indicar que Cristo fue al “paraíso” (Lc. 16:20; 23:43) y llevó al cielo a todos aquellos que habían creído en El previo a Su muerte. Este pasaje no da una gran cantidad de detalle acerca de lo que ocurrió, pero la mayoría de los estudiosos de la Biblia concuerdan en que eso es lo que quieren decir con “llevó cautiva la cautividad.”
¿Qué pasó entonces durante los tres días que Jesús estuvo en la tumba?
Al parecer él fue y anunció la victoria sobre los ángeles caídos y/o los no creyentes. No fue allí para darles otra oportunidad de la salvación. La Biblia nos dice que nosotros nos vamos a enfrentar al juicio después de la muerte (He. 9:27), no a una segunda oportunidad.
En realidad, no hay una respuesta clara definitiva para lo que Jesús estaba haciendo en el tiempo entre Su muerte y resurrección. Tal vez este es uno de los misterios que vamos a entender cuando alcancemos la gloria.