Jesús es suficiente para satisfacer nuestra búsqueda de identidad
(Juan 3:1-15)
El tema de la búsqueda de nuestra identidad no ha sido nuevo. Desde que el hombre nace comienza a descubrir sus necesidades y lo primero que se va preguntando es quién soy, qué hago acá o cómo satisfago lo que voy sintiendo. Y esto es algo que sucede en todos los ámbitos de nuestra vida, pero sobre todo en el aspecto religioso, pues es lo que nos define como seres pensantes y espirituales, por cuando fuimos creados a “imagen y semejanza de Dios”. El ser humano lleva intrínsecamente una necesidad de Dios, encontrando distintas maneras de expresarla, incluyendo aquellos que hacen de cualquier cosa un dios o se inventan un ídolo que los represente ante Aquel que es mayor de todas las cosas.
La historia que analizaremos nos habla de Nicodemo un hombre que no solo era profundamente religioso, sino que era un rabino (maestro de la ley), muy reconocido entre sus demás colegas fariseos, y probablemente miembro del sanedrín, el más grande tribunal judío que finalmente juzgó y sentenció a Jesús para que muriera en la cruz. Así que Nicodemo no era cualquier persona como aquellos desdichados pobres, enfermos o endemoniados con los que Jesús tuvo su encuentro. De esta manera, en una silenciosa y privada noche se va a producir un “encuentro clandestino” entre este hombre de las leyes judías (un rabino) y el Rabino Jesús.
Y es en este encuentro que surgirá el más grande texto que se conozca en la Biblia como lo es Juan 3:16. Curiosamente el nombre de Nicodemo significa “Conquistador o Victorioso del Pueblo”, y si bien es cierto que este hombre por su posición había hecho alusión a su nombre, lo cierto es que no estaba satisfecho. La religión había llenado su intelecto, pero estaba vacío de corazón. Nicodemo nos ilustra la vida de tantos hombres que siguen en la búsqueda de su identidad. Su vida nos habla de aquellos intelectuales que, aunque han estudiado tanto (y debemos saber que, para llegar a ser miembro de aquel concilio había que estudiar mucho), siguen con un gran vacío en sus corazones.
De allí que esta historia es otra de las que nos muestra la suficiencia de Cristo para llenar las carencias humanas.
Leamos su historia en Juan 3:1-16
Ahora tenemos una conversación de rabino a rabino
- 1, 2. ¿Por qué este hombre vino de noche a Jesús?
Bueno algunos espiritualizando aquel encuentro han dicho que eso fue debido a la oscuridad en la que vivía Nicodemo. Que su corazón era un reflejo de oscuridad. Pero lo más seguro es que aquel encuentro se dio en la noche más que todo por la posición que tenia y seguramente por temor a las represalias. De hecho, Jesús no era bien visto entre esa casta de los fariseos.
Una cosa que llama la atención es que, como este hombre aparece de repente, es posible que estaba con el grupo donde Juan previamente habla de los que creyeron de acuerdo con el relato donde Jesús purifica el templo: « Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.». (Jn. 2:23).
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Nicodemo por ser rabino estaba bien informados acerca de las señales de un profeta. Él sabia quien decía la verdad o si sus hechos lo comprobaran. Así que este hombre de la ley vino con una actitud distinta a los demás de su oficio por la manera como Jesús lo va a confrontar.
- 3. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Lo primero que notamos en este encuentro es que Jesús, contrario a la adulación que buscaban los demás rabinos de su tiempo, no entra en ningún protocolo con este hombre y de una vez le hace un planteamiento que lo va a llevar a definir su identidad.
¿Qué vio Jesús en este hombre que no había llenado la ley?
Pues Jesús vio el mismo vacío que ve en todos los hombres, sean ricos, pobres o letrados como este rabino. Y es interesante que la doctrina del “nuevo nacimiento” la trajo Jesús no a una pecadora como María Magdalena, sino a un intelectual como Nicodemo. Con esto se deja sentado que la entrada al reino de los cielos descalifica la acción de las buenas obras.
Los hombres que piensan que el cielo les pertenece por herencia, por ser buena gente o ser parte de alguna religión, están totalmente perdidos como lo estaba el hombre de la media noche de esta historia. “Nacer de nuevo” tiene que ver con un cambio de mente y de corazón. Nicodemo no necesitaba mas conocimiento, él necesita una nueva vida para entrar al reino de los cielos.
No se puede entrar al reino de los cielos con la misma naturaleza intelectual, moral y pecaminosa que tenemos. Es obvio, por la pregunta que hace Nicodemo, que el nacimiento que el necesitaba era del Espíritu. En esto consiste la doctrina de la regeneración y con ella la salvación. Jesús luego va a seguir explicando que este “nuevo nacimiento” es de agua y de Espíritu, y, además, que es un nacimiento que viene de arriba.
“Ver el reino de Dios” requiere de esta condición previa. Los hombres que no nazcan de nuevo seguirán viendo el reino de las tinieblas y al final de sus vidas, cuando sean lanzados al lago de fuego que arde por siempre, verán el rostro del ser más despreciable después de haber sido el rostro más hermoso de la creación de Dios, hablamos de Satanás. Lo que Jesús ha dicho, planteando una reacción inmediata en el maestro de ley vista en la pregunta que hace, la haría hasta el más ignorante de los hombres:
- 4. “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”
Por cierto, este pasaje esta lleno de preguntas. Las que hace Nicodemo se mueven entre la duda y el asombro. Las que hace Jesús se proponen sacar al hombre intelectual de sus razonamientos para llevarlo a la consideración de lo divino, de donde viene lo que podía llenar su pobre corazón. La presente pregunta pareciera ser absurda, viniendo de este hombre, pero es que la doctrina del nuevo nacimiento es un choque al intelecto porque es un asunto que se recibe por fe y desafía toda la lógica humana.
La pregunta de Nicodemo revela ya el asombro y lo ilógico de lo que Jesús le plantea.
Alguien se imaginó un posible dialogo entre Jesús y Nicodemo al ver el vacío y hasta confusión que había en este hombre que vino a buscar a Jesús para que le ayudara a encontrar su identidad, de la siguiente manera:
«Nicodemo, lo tienes o crees tenerlo todo: Autoridad, prestigio, influencia social, conoces la Ley, pero NO a quien ella apunta y te manda, eres admirado y respetado por el pueblo, en definitiva, eres un buen israelita hijo de Abraham, casi diría que eres la perfección de la Virtud humana…
PERO debes despojarte y olvidarte de todo eso, NO te vale, porque por todo eso NO vas a ser salvo, es más, con tu naturaleza NO puedes si quiera ver el Reino de Dios, debe haber una Nueva, impartida por Dios.
Nicodemo, crees que puedes ganarte la salvación, y eso es imposible, es un REGALO DE DIOS, para que EL sea así más glorificado». «¿Sabes una cosa Nicodemo?
NO necesitas un maestro (Juan 3:2) sino un Salvador». «Debes ser consciente que eres pecador ante Dios, y que necesitas limpieza, y la PALABRA DE DIOS (Agua) cumple ambas funciones, te diagnostica, y te limpia y purifica»
Jesús sigue el encuentro con este hombre en alguna de aquellas noches, le da a decir ahora: v. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. Jesús sabe que está en presencia de alguien que sabe mucho, pero desconoce las cosas elementales, por eso hace la siguiente declaración.
Bien puede uno imaginarse a Jesús viendo el rostro de sorpresa y de incredulidad de Nicodemo.
Y en beneficio a la personalidad de Nicodemo debemos decir que, lejos de ser arrogante como fueron otros fariseos que vinieron a Jesús para tentarle con preguntas, él está asombrado y hasta maravillado de lo que está oyendo. A este hombre le parece insólito lo del “nuevo nacimiento”. Y es allí donde Jesús se crece como el Maestro de maestros, como el Rabino de rabinos al usar los ejemplos que ayudaran al sorprendido Nicodemo cuando le presente lo que él si sabia de antemano por medio de una analogía.
- 8. “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”.
¿Qué quiso decir Jesús a Nicodemo con esto para explicarle lo del nuevo nacimiento?
Veamos este comentario que arroja luz sobre lo que Jesús dijo:
“Hay algo misterioso en la operación del viento: oímos su sonido, sentimos su movimiento y vemos el efecto que tiene en objetos, pero no podemos verlo, ni precisar de dónde viene, ni exactamente hacia dónde se dirige. Tampoco podemos ver al Espíritu Santo, ni saber cómo opera en el ser humano, pero podemos sentir su movimiento en nuestra vida y observar el efecto de su presencia y operación en la vida de personas que han nacido de nuevo”.
(James Bartley et al., Comentario bı́blico mundo hispano: Juan, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 2004), 100)
La próxima pregunta que hace Nicodemo le va permitiendo a Jesús llevarlo a un cambio radical en la búsqueda de su propia identidad
- 9. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Esta pregunta sigue reflejando el asombro del rabino Nicodemo. Pero si bien es cierto que acá tenemos a un rabino asombrado, ahora el asombro va a ser de Jesús, especialmente por lo que le dice de acuerdo con el v. 10.
- 10. Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
Nicodemo era un maestro y Jesús se sorprende de la falta de conocimiento de este hombre.
Lo que él le expone es que siendo Nicodemo un maestro (probablemente un miembro del sanedrín) no había entendido que el hombre no podría obtener la justicia de Dios, o entrar en el reino de Dios, basado en su propio esfuerzo, méritos o justicia.
En el resumen de este inigualable encuentro entre el hombre que busca su identidad y el salvador que ahora le habla, Jesús quita todo asombro y dudas del afamado religioso diciéndole, de acuerdo con el v. 11 que sus enseñanzas no son meras opiniones, sugerencias o datos de segunda mano, sino que están basadas en hechos que han sido comprobados porque Nicodemo está en presencia de un testigo ocular, pero que tanto este hombre como sus compañeros no han querido recibir este mensaje.
- 11. De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Al final de esta historia Jesús pasa del tema del “nuevo nacimiento” a lo que seria su muerte cruenta en una cruz, recordándole a este estudioso del Antiguo Testamento el significado de lo que había hecho Moisés tantos años atrás con el levantamiento de la serpiente de bronce en el desierto, cuyo resultado era que cuando algunos de los mordidos por las serpientes venenosas la miraran, fueran sanados
Vv. 14-16. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Con el v. 15 y luego el v. 16, Jesús introduce lo que fue el plan original de Dios para salvación del hombre caído de acuerdo con Génesis 3:15, el llamado protoevangelio, la simiente que heriría en la cabeza a Satanás.
Cuando Nicodemo, junto con José de Arimatea bajaron el cuerpo de Jesús desde la cruz, vio como se cumplió este tipo bíblico del cual Jesús fue su antitipo. Ahora podemos ver a Nicodemo regresar a casa justificado porque en aquel encuentro de noche con Jesús él nació de nuevo y recibió la noticia anticipada de la muerte de Cristo por sus pecados.
Y esto es lo que Jesús hace con cada vida. Todo aquel que en él cree será salvo y encontrará su identidad en su propia búsqueda.