Los ángeles y los juicios divinos

Hemos dicho que los ángeles son los agentes o mensajeros, por medio de quienes Dios cumple sus órdenes en la tierra (He. 1:7).  En la Biblia encontramos muchas historias del juicio divino donde los ángeles han llegado a ser los protagonistas. Nos asombra el poder que les ha sido dado para cumplir los fallos del cielo. Pero sin duda que la actuación más grande de los ángeles para cumplir con el juicio final será para cuando Cristo venga. Habrá una muy marcada actividad de los ángeles en el juicio del Gran Trono Blanco y en el Tribunal de Cristo. 

Los ángeles y el juicio contra Sodoma y Gomorra

En Génesis 18:16-23 encontramos una historia singular en la Biblia. Tenemos a un hombre pidiéndole a Dios que detenga el castigo contra estas perversas ciudades si encontraba algún justo en medio de ella. Y la misericordia de Dios es tan extrema que estuvo dispuesto a parar su juicio. Abraham comenzó con un número que llama la atención: cincuenta justos. Luego rebajó a cuarenta y cinco. Dios estuvo de acuerdo. Después Abraham lo llevó a treinta y Dios estuvo de acuerdo. 

Prosiguió él su intercesión y lo llevó a veinte y Dios estuvo de acuerdo. Finalmente lo llevó a diez y Dios también estuvo de acuerdo. Pero ¿qué pasó? No hubo en la ciudad ni siquiera esta cantidad de justos. Entonces Dios envió tres varones para sacar a Lot y su familia. La perversidad de la ciudad era tal, por cuanto no había ningún justo, que los hombres de aquel lugar querían abusar sexualmente de aquellos extraños varones. Dios había enviado a tres de sus ángeles con esta apariencia.  Al final ellos cumplieron con el fallo divino. Dios envió fuego y azufre del cielo y esas ciudades fueron destruidas por el su pecado. Los ángeles cumplieron con el fallo de Dios. Lot se salvó por las misericordias de Dios.

El ángel que mató a los primogénitos en Egipto

La muerte de los primogénitos fue la última plaga con la que fue azotada Egipto. Por cuanto el país ya estaba destruido, y el corazón del Faraón permanecía aun endurecido, Dios decidió quebrantarlo a través una acción que trajo un gran luto dentro me muchos hogares egipcios, más no así en los hogares de Israel. El pasaje se encuentra en Éxodo 12. Dios había dado instrucciones muy precisas respecto a lo que esperaba que Israel hiciese la noche previa a la visita del ángel destructor. Cada familia debería matar una oveja   o cabra de un año, sin defecto. Con la sangre deberían colocar una señal en el dintel de cada casa de  manera que cuando viniera el ángel de la muerte, pasara por alto esa casa. La sangre era la señal para que la casa no fuera destruida. Así fue que a la media noche, bajo la más densa oscuridad, se comenzó a oír un llanto en todo Egipto, mientras  Israel estaba bajo un silencio reverencial al ver la manera cómo Dios finalmente cumplía su palabra. Hebreos 11:28 refiere a ese ángel enviado del cielo como el encargado de cumplir el fallo divino. ¿Quién fue ese ángel? No lo sabemos, pero se infiere que fue un  ángel muy terrible y poderoso.

El ángel que destruyó al ejército asirio

En segundo de Reyes 19 tenemos otra historia sobre cómo Dios usó a un solo ángel para cumplir su juicio. El temible rey Senaquerib, rey de Asiria, había determinado destruir al rey Ezequías y con ello a toda Jerusalén. La amenaza era muy seria. Los mensajeros vinieron una y otra vez para intimidar al rey y a sus habitantes. Para atemorizarles, les contaban cómo este rey había acabado con otros reyes, y que ninguno de sus dioses los había salvado. Y frente a todos los insultos y amenazas el rey comenzó a orar, y Dios, a través del profeta Isaías, le envió un mensaje fortalecedor: “E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.  He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada” v. 6, 7.  Como los insultos eran cada vez más intimidadores, Ezequías recibió este mensaje de aliento: “¿A quién has vituperado y blasfemado? ¿y contra quién has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel” v.  22. Para terminar de darle confianza le dio este otro mensaje: “Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo” v. 34. Y, ¿qué sucedió finalmente? La historia va finalizando de esta manera: “Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos” v. 35. El destino del malvado rey de Asiria no pudo ser peor pues sus propios hijos le mataron.  

Un sólo ángel por poco destruye a Jerusalén

Cuando el rey David había consolidado su reinado y había vencido a casi todos sus enemigos, fue impulsado (seguramente por Satanás) para hacer un censo de todo su poderío militar, como si al hacer esto al final podía jactarse que sus conquistas tuvieron que ver con su gran ejército, compuesto por más de un millón y medio de soldados (1 Crónicas 21. Esta acción, como la que hizo con Betzabé y su marido, no le agradó a Dios. David reconoció su error, pero no escapó de sus consecuencias. Dios le envió al profeta Gad, al igual que envió a Natán cuando pecó, para decirle   cómo procedería el castigo. 

La propuesta consistía en tres años de hambre, tres meses de ser derrotado por sus enemigos, o tres días de ser castigado por la espada de Jehová. Frente a todo esto, y al encontrarse en tan gran angustia, concluyó que era mejor caer en manos de Jehová que en manos de los hombres. Fue así como Dios envió a un ángel que comenzó una gran matanza en el pueblo. Cuando ya llegaba a 70.000 entre la peste y la espada, Dios ordenó al ángel detener su castigo. En esta historia, el versículo 16 es muy ilustrativo: “Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio”. Aquel se detendría solo si recibía alguna orden de parte de Dios.

El caso del ángel que mató Herodes AgripaNo se sabía de otro caso donde un ángel matara aun a algún hombre preeminente hasta que sucedió con Herodes Agripa. La historia la encontramos en Hechos 12:20-25. El contexto de esta historia tiene que ver con la muerte Jacobo por parte de este mismo Herodes. Lucas nos dice que por cuanto esto había agradado a los judíos, había puesto en la cárcel a Pedro para matarlo también después de la Pascua. Pero mientras se espera ese tiempo, un día Herodes Agripa, vestido de ropas reales arengó a la multitud y permitió ser adulado a tal extremo que los que llegaron a decir: “¡Voz de Dios y no de hombres!”. Y éste, por cuanto no detuvo semejante blasfemia, ni reconoció a Dios para que él recibiera la gloria, las Escrituras nos dicen que: “Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos” v. 23. Si algo están presto los ángeles es para enfrentar a todos aquellos que se quieran robar la gloria que solo le pertenece a Dios. Los hombres son hombres, ¡que no se equivoquen con los ángeles!