Parábola de “Red”

(Mateo 13:47-50)
La parábola de la red tuvo que ser muy familiar para los discípulos, especialmente para aquellos cuyo oficio principal era el de pescadores. Pedro, Juan y Jacobo, entre otros, habían sido llamados cuando pescaban, y al instante dejaron sus redes y luego fueron pescadores de hombres.
La palabra “red” en el v. 47 hace referencia a una red grande para pescar, una red de arrastre. La costumbre de acuerdo con las faenas de la pesca era que la red se arrastraba entre dos barcas. Otra manera era que los pescadores llevaban la red mar adentro en una barca, dejando una punta de la red anclada en la playa. Una vez encerrados los peces, se arrastraba la punta de red hasta la playa llevada por los hombres. Hay muchos lugares donde este tipo de pesca sigue siendo artesanal. Todavía recuerdo las pescas que hacíamos en los ríos venezolanos con un tipo de red, llamada “tarraya”.
Era una maya tejida finamente y sostenidas por bordes con bolitas de plomo. Cuando se levantaba la red venían varias clases de peces y por lo general ya sabia cuáles de ellos serian desechos. Me dicen que ahora no se desecha nada. Esta parábola es semejante a la del trigo y la cizaña en el sentido de lo que es bueno y lo que es malo. Sólo se presenta con otro énfasis distinto. En este caso, lo que más se resalta es el énfasis que se pone en el juicio final que se avecina.
Los peces buenos y los malos están en el mismo mar juntos. Pero al final de la época habrá una recolección y una elección. De esta manera está planteado como será el juicio del pueblo de Dios. Si bien todos serán traídos a su presencia, esa es la función de la red, solo la selección de los que son verdaderos serán puestos en la canasta, pero los malos serán sacados y lanzados fuera.La primera cosa que observamos al estudiar esta parábola es que ella nos habla de la manera en que lo bueno y lo malo están conviviendo en el presente, pero a su vez de la seguridad futura de la separación que habrá de lo bueno y lo malo al final de los tiempos.
“Semejante a una red…” v. 47. Ya hemos dicho para qué sirve la red. Ahora trabajemos en su simbología, siguiendo el enfoque de Jesús que esta otra parábola tiene que ver con el reino de los cielos. ¿Cuál es el símbolo de la red? Como instrumento para sacar los peces, la red es una clara referencia al evangelio de Dios y a su gracia extendida. La gracia divina no hace ninguna diferencia para alcanzar a cada persona.
Esta es la función de la red. Al ser lanzada recoge todo tipo de peces. Cuando vemos la invitación del evangelio nos damos cuenta de que es universal (Romanos 10:13). El texto simplemente dice: “… porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
Pensemos en el significado del mar.
Como esta es otra parábola del reino de Dios, y su énfasis es el de la salvación del perdido, el mar representa el lugar donde los hombres viven y se mueven. Es una referencia, en todo caso, a la “tierra”, el “campo” y el “mercado” en las otras parábolas. En las Escrituras el mar denota gente y multitudes (Daniel 7:3; Apocalipsis 17:15). Como el mar siempre está alterado, la referencia acá sería a ese estado de alteración, inquietud y peligro.
Así, pues, en este mar se ha echado la red del evangelio, donde la gracia de Dios será la principal protagonista. Si el mar representa al mundo, nuestra pesca de los hombres debe ser pronto, pues la misma parábola habla del momento de recolección y el destino eterno para cada uno de ellos. La red debe ser extendida a todos los lados en busca de los hombres.
Recogiendo toda clase de peces.
La función de los pescadores una vez que la red es traída a la orilla, es la de la clasificación.
La pesca de arrastre literalmente no deja nada a su paso. Toda clase de peces viene con ella. No hay manera que esta haga una selección previa. Ahora bien, cuando hacemos un análisis detenido de lo que Jesús nos quiere mostrar con esta enseñanza, surgen algunas preguntas que son necesarias hacerlas. Por ejemplo, ¿fue esta la intención del gran pescador? ¿Se hizo la red tanto para los buenos y los malos?
Es obvio que hay una sola enseñanza que se aplica solo para esta parábola, porque en una oportunidad el mismo Cristo les dijo a sus discípulos que echaran su red en el lado derecho de donde habían pescado y al hacerlo obtuvieron peces buenos. La cantidad y la calidad cuentan para el Señor. Solo en el tiempo de fin se sabrá la calidad de la pesca. Esta será una tarea divina.
Pensemos en el acercamiento.
El texto nos dice que “una vez llena, la sacan a la orilla” v. 48). Hay un tiempo cuando habrá que sacar la red, y los pescadores aguardan ese momento para sacarla. Creo que una señal es cuando ellos sienten el movimiento de los peces al estar atrapados, que es el tiempo de sacar la red. Esto habla de muchas cosas, pero sobre todo de un tiempo de la verdad. De la verdad cuando se sabrá que es lo que hay en la red. De la expectativa de lo que hay en la red. De la alegría y de la decepción de los peces buenos y los peces malos.
El asunto es que la red de la gracia salvadora de Dios no siempre estará en el mar de este mundo. Hay un tiempo cuando la red estará llena y hay que sacarla. Estamos hablando del final de esta era, cuando haya entrado la plenitud de los gentiles. Cuando esto suceda, cuando se extraiga la red del evangelio, entonces el privilegio presente y la oportunidad de la salvación habrá pasado.
Pensemos en lugar de separación.
El texto nos dice que el sitio donde se trae y se extiende la red es en “la orilla”. En nuestro imaginación podemos ver que tanto los peces malos y los buenos podrían haber andado juntos mientras estaban en el mar, pero la orilla se sabrá de la diferencia. Esto fue la misma experiencia en el análisis de la parábola del trigo y la cizaña, que si bien es cierto crecieron juntos, se dejaron hasta que llegó el fin (Mat. 13:30). Interesante saber que es la orilla donde estarán juntos los malos y los buenos, pero que habrá que separarlos por la condición y calidad de cada uno. Cuando Cristo venga también habrá un lugar de separación.
Al final de los tiempos, el mismo Jesús hablará de separar las ovejas de los cabritos (Mateo 25:32).El texto nos dice que una vez que recogen las cestas con toda clase de peces, a los malos “…echan fuera”. De esta manera será al final de los tiempos. Este momento es el más triste y difícil en la aplicación de la parábola. La división de los malos de entre los justos tiene que ver con el destino eterno. Tiene que ver con el cielo o el infierno. De eso se trata el mensaje del reino de Dios. Hay una oportunidad que se extiende para evangelizar a todos, eso es el trabajo de las redes. La Biblia nos dice que el Señor conoce a los que son suyos” (2 Timoteo 2:19).
Pensando en el destino final.
Las palabras de interpretación “Así será al fin de la era” aparecen en relación con cada una de estas dos parábolas, lo cual es hace un gran énfasis en lo que será el fin del mundo. (vv. 40b, cf. 49a). En el caso de la cizaña:
“40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo’
Note como la suerte de los malvados se describe en dos versículos que son idénticos (vv. 42 y 50). El recipiente está preparado para retener a los buenos y esta será el trabajo de los ángeles. Ya Jesucristo ha dicho de las moradas que se fue a preparar para los buenos (Juan 14:2). Pero también los malos serán echados al fuego. Observe el trabajo de los ángeles en lo que será este recogimiento y selección. En ambas parábolas la función de los ángeles es esencialmente la misma (v. 41, cf. 49b).