¿Qué significa que el verbo se hizo carne?

La palabra “verbo” para el tiempo de Juan era muy común. De hecho, había un filósofo llamado Filón que habla del verbo como una entidad abstracta de quien dependía todo, pero no necesariamente tenía que ser una persona.

“En la filosofía griega, el término [logos] era usado para describir el agente intermedio por medio del cual Dios creó las cosas materiales y se comunicaba con ellas”.

“En la cosmovisión griega, el [logos] era entendido como el puente entre el Dios trascendental y el universo material. Por tanto, para sus lectores griegos, el uso de término [logos]probablemente les habría traído la idea de un principio mediador entre Dios y el mundo”. 

¿Y por qué usó Juan la palabra logos para nombrar a Cristo?

Porque él encontró en Cristo el cumplimiento completo de lo que la filosofía hablaba sin una definición personal. Así que fue Juan, el discípulo amado, que reconoció que el “verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Por supuesto que cuando asocian a Jesús con el Verbo de Dios es allí donde hay una reacción y hasta división. Usted puede hablar de Dios en cualquier círculo y la gente no dice nada, pero comience a hablar de Cristo y notará inmediatamente las distintas opiniones que surgen. 

¿Por qué la gente acepta a Jesús como una gran persona o un gran profeta, pero no lo acepta como Dios?  Estamos celebrando estos días la navidad y lo último que la gente hablará es de “Dios con nosotros”. Bueno, hablan más de Santa Claus con nosotros. 

Me gusta lo que ha dicho C. S. Lewis en su libro Cristianismo Puro a este respecto: “Aquí estoy tratando de impedir que alguien cometa la verdadera insensatez que a menudo se comete al decir de Él: ‘Estoy listo para aceptar a Jesús como un gran maestro de moral, pero no acepto su afirmación de ser Dios’. Eso es lo único que no deberíamos decir.

 Un hombre, que fue simplemente un hombre, y que dijo las cosas que Jesús dijo, no aplica a un gran maestro moral. 

O era un lunático – o un hombre ambiguo – o el mismo demonio del infierno. Usted debe hacer su elección. Este hombre fue y es el Hijo de Dios, o de lo contrario, fue un loco o algo peor. 

Usted puede hacerlo callar por tonto, puede escupirlo y matarlo como a un demonio; o puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no seamos condescendientes con ninguna tontería acerca de que era un gran maestro humano. Él no ha dejado esa opción abierta para nosotros. Él no tuvo esa intención”. Veamos por qué afirmamos esto. Veamos lo que Jesús mismo dijo que era. En Juan 10:30 no tuvo temor de hablar de su igualdad con su Padre. 

El contexto del pasaje habla de los fariseos queriéndolo matar con el argumento que no lo estaban haciendo por buenas obras sino por la blasfemia que siendo hombre se hacía Dios v. 33. Otro ejemplo lo tenemos en Juan 5:18. Este pasaje es revelador. Si hasta ahora los enemigos de Jesús lo consideraban loco y hasta habían dicho que tenía demonios, la presente declaración tuvo que ser devastadora. 

Jesús afirmó que antes que Abraham existiera ya él era. La reacción de los oyentes iracundos los llevó a tomar piedras para matarle (Jn. 8:58, 59). Cada vez que Jesús dijo “Yo soy” estaba afirmando lo que dijo Dios en el AT (Ex. 3:14).

Lo que dijeron los discípulos. Otra vez, Juan, quien llegó a ser el teólogo del grupo, escribió su libro bajo la perspectiva de Jesús como Dios. En sus 21 capítulos, Juan revela quién es Jesús como Dios. En su primer capítulo lo presenta como el Verbo. Juan 1:1-3 es la más grande teología que se haya escrito. Es lo mismo que Génesis 1:1. 

Otro discípulo que tuvo que reconocer que Jesús era Dios fue Tomás. Después de la resurrección tuvo que caer a sus pies y llamarlo: “Señor mío y Dios mío” (Jn. 20:28). Observe que Jesús no corrigió a Tomás como lo había exhortado por ser incrédulo. Él no negó que lo llamara así.

Obviamente que uno de los grandes hombres que le dio un amplio lugar al tema de Jesús como siendo Dios fue Pablo. A él lo llama:  “…nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13). Qué decir de Pedro  a quien de igual manera lo llama “Dios y salvador” (2 Pe. 1:1) “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra”. 

Estos son los testimonios de sus discípulos, pero que dijo el Padre de él. Escuche su testimonio: “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de Tu reino” (He. 1:8). 

Y entre los profetas, Isaías fue uno de los que desde el principio nos reveló que Jesús es Dios. Esto fue lo que dijo: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre, Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Is. 9:6)  

¿Por qué es tan importante la pregunta si Jesús es Dios o no?

Bueno, la razón de más peso sería que  si Jesús no es Dios su sacrificio en la cruz quedaría incompleto para pagar nuestros pecados (1 Jn. 2:2). La Biblia nos confirma que solo Dios pudo pagar el castigo que pesaba sobre nosotros y eso lo hizo descargando en su Hijo la ira que tenía hacia los pecados de la humanidad (Ro. 5:8; 2 Cor. 5:2). 
Hay dos aspectos finales que podemos decir acá de por qué Jesús tenía que ser Dios. Por un lado, el Verbo tuvo que hacerse carne (hombre) para poder morir. Eso por supuesto es lo que le ha quebrado el “coco” a los filófosos de todos los tiempos, porque para ellos el Verbo nunca muere.  El asunto es que esa era la única manera de ser salvos. Y por otro lado, la deidad de Jesús ha sido la única manera de entender que él es el único camino a la  salvación está disponible para el hombre. Si hay un texto que afirma esto, ese es: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14:6).