Quiénes son los 144,000 sellados de Apocalipsis 7

El libro de Apocalipsis siempre ha presentado desafíos para su interpretación como todos sabemos. Si hay un libro lleno de imágenes y simbolismos es este, más que Ezequiel del Antiguo Testamento.  

Ya sabemos que hay cuatro posturas en su interpretación.  Una de estas es la llamada Preterista (la cual ve todos o la mayoría de los eventos en Apocalipsis como ya ocurridos para el final del primer siglo); La otra es la Historicista.  Esta postura ve el libro como un panorama de la historia de la iglesia desde los tiempos apostólicos al presente. La otra es la llamada Idealista. Esta interpretación representa la lucha entre el bien y el mal. 

Y la otra es la Futurista. Esta ve al Apocalipsis como la profecía de los eventos por venir. De todas estas interpretaciones, esta postura futurista es la que interpreta el Apocalipsis con el mismo método histórico-gramatical que el resto de la Escritura. 

Cuando revisamos las cuatro interpretaciones, esta última pareciera que se ajusta mejor  al sentido profético del libro de Apocalipsis (22:7101819).

Al preguntarnos, pues,  “¿Quiénes serán los 144,000?” tenemos que tomar en cuanta cuál de las cuatro anteriores interpretaciones estaremos usando al momento de enseñar. dependerá de cuál postura interpretativa elijas respecto el libro de Apocalipsis. Para los que no son futurista, los 144 mil son un símbolo de la totalidad de la iglesia que estará delante del Señor, compuesta por los redimidos gentiles y los redimidos judíos. 

Sin embargo, cuando leemos el pasaje, que dice: “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.” (Apc. 7:4), no hay nada en el pasaje que necesite interpretar los 144,000 como alguna otra cosa que no sea literalmente el número de 144,000 judíos, 12,000 tomados de cada tribu de los “hijos de Israel.”

 No encontramos en el el Nuevo Testamento ningún otro texto que reemplace a Israel con la iglesia. Por lo tanto, el presente pasaje hay que verlo como una referencia a Israel. 

¿Cómo ver el pasaje?

Lo primero que nos muestra el pasaje es que son judíos “sellados”. Aquel sello tuvo algún propósito. Por lo que vamos a ver en el pasaje, esto significa que tienen una protección especial de Dios de todos seguramente de todos los juicios divinos y del anticristo, para llevar a cabo su misión durante el período de la Tribulación (Apc. 6:17). 

Ya hemos dicho que el período de la Tribulación serán siete años en el cual Dios ejecutará un juicio divino contra aquellos que lo rechazaron y consumará la salvación para la nación de Israel. Daniel 9:24-27 es la profecía del Antiguo Testamento que nos habla al respecto. Estos 144,000 judíos son una clase de “primicias” (Apc. 14:4) del Israel redimido, lo cual ha sido previamente profetizado (Zac. 12:10Ro. 11:25-27). 

El trabajo de este gran grupo será el de evangelizar al mundo después del Arrebatamiento, sobre todo durante el período de la de la Tribulación.  El resultado de aquel trabajo evangelístio y misionero quedó registrado con estas palabras:  “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.” (Apc. 7:9).

Este capítulo que habla de los 144,000 ha sido muy mal entendido, sobre todo por la influencia e interpretación que le han dado los Testigos de Jehová.  Ellos falsamente han enseñado que este número de144,000 es un número limitado de personas que reinarán con Cristo en el cielo y pasarán la eternidad con Dios. 

Para los Testigos de Jehová, los 144,000 tienen llaman “la esperanza celestial”. De acuerdo con esta postura los Testigos de Jehová se basan en una sociedad de castas en la vida futura con una clase gobernante por los 144,000, y aquellos que son gobernados. 
Sin embargo, la Biblia no enseña una doctrina de clases. Lo que la Biblia si nos dice es que el Señor será nuestro Dios y nosotros seremos Su pueblo (Apc. 21:3). La herencia que nos ha sido prometida en Cristo y sellada por el Espíritu Santo (Ef. 1:13-14) llegará a ser nuestra y seremos co-herederos con Cristo (Ro. 8:17).